; strange and beautiful.

Nombre completo: Mileena {Ella misma tuvo la libertad, ofrecida por Herectic, de escoger el nombre que llevaría sobre sus hombros el resto de la eternidad}

Edad: Tan infinita como el tiempo

Fecha de nacimiento: Ni ella misma podría determinarlo.

Lugar de nacimiento: El espacio infinito, los océanos, los glaciares, los cráteres, los agujeros y las maravillas sin final del vacío mismo.

Orientación sexual: Heterosexual

Condición: Ninfa, musa.
Trabajo: Ninfa, velar por la protección y justicia de la humanidad y permanecer fiel junto a la única criatura que ha amado; su creador.

Características físicas:
Mileena fue específicamente creada para ser hermosa, para ser perfecta. Según los caprichos de Herectic recibió los atributos que le harían ser el individuo en que se convirtió al abrir los ojos.
Su rostro pequeño, anguloso y delgado, piel fina, blanca, semejante a la porcelana, semejante a un ángel. Sus ojos azules, simulando la paz de los mares que Herectic había creado hacia apenas unos días antes. {Sus ojos se vuelven color escarlata cuando le invade la cólera}.
Su cabello color rojo fuego, largo y rebelde, simbolizando la pasión que sentirá por la vida, por los seres vivos, por los humanos, y el fuego que encenderá paulatinamente la llama de su corazón hacia el dios.
Sus manos pequeñas, su cuerpo menudo, su contextura pequeña, delgada, sus atributos femeninos otorgados con lujuria por su creador. Su sonrisa valerosa, grande y brillante, como si brillara con luz propia cada vez que sonriera.
Y su mirada, su mirada tan afable, comprensiva y dulce; la cual podía, a la vez, volverse la peor de las pesadillas cuando en ella entraba la cólera.

Características Psicológicas:
Es un híbrido, es un ser complejo, interesante y misterioso. Mileena lo es todo, y a la vez, puede representar la misma nada. Es una mujer ambigua, sin edad, sin hogar y sin pertenencia. Sin embargo, para ser un individuo del cual gran parte de su vida es una hoja en blanco, es bastante optimista, dulce y misericordiosa.
Nació para ser una ninfa repleta de bondad, con un corazón de proporciones ilimitadas y unos ojos que pueden tanto salvarte como matarte, todo depende de ti.
Disfruta ver en su interior, correr, saltar, reír, volar. Desperdiciar su infinita energía en formas para permanecer en paz consigo misma, así por lo menos existe un lugar pacífico. Desde que Herectic le concedió experimentar los sentimientos, se volvió adicta a ellos. Disfruta del mínimo susurro del viento y el efecto que este causa en su piel, en su cabello y en su alma. Disfruta la diferencia entre una sonrisa y una lágrima. Se deja extasiar por la belleza del dolor y se permite a sí misma sumergirse en las aguas eternas, profundas y asfixiantes de la felicidad. Descansa entre las nubes almidonadas del amor y admira ese sentimiento, esa sensación que provoca la sangre hervir en tus venas. Que te obliga a cerrar los puños y encajar las mandíbulas, que te hace capaz de destruir todo lo que encuentres a tu paso y no arrepentirte; la injusticia.
Mileena es incapaz de soportar la injusticia.

Tiene una curiosidad irrefrenable por la especie humana. Al vivir toda su vida junto dos seres de su especie, al tener un mundo completamente diferente a sólo kilómetros de distancia, logra que la idea la cautive de una manera impresionante.
Muchas veces, con el permiso de Herectic, suele visitar algunos de los reinos y ver el estilo de vida de los humanos. Extrañamente destructivo, cruel, muy diferente al suyo. Pero a la vez, tiene sus momentos de bondad, de belleza, y al ser tan poco frecuentes, logras apreciarlo más. Al ver la única flor entre un desierto de cenizas, desearías que el momento no acabe jamás.
En cuanto a su única debilidad, Herectic, es el ser más manipulable que se puede conocer. Dócil y manejable, podría renunciar a la vida inmortal si él se lo pide. Después de todo, al ser una adicta a los sentimientos, tiende a expresar su amor de maneras un tanto extremistas.
Sin embargo, el sentir tan intensamente tiene sus desventajas. Vive constantemente en un equilibrio muy delgado que puede ser desquebrajado con la facilidad de un soplo de viento.
Es una mujer armoniosa, tolerante y astuta la mayoría del tiempo. Sin embargo, puede llegar a desequilibrarse por la tristeza –tener ataques de llanto, desconsuelo, por una pelea entre Herectic o un apodo desagradable de su compañera ninfa-o por el enfado, a tal punto de llegar a ser completamente irracional con tal de imponer la justicia. No soporta la falta de respeto, la falta de educación ni la violencia. Al ocurrir cualquiera de estos fenómenos en su presencia, nunca más se pondrá tener la simpatía de la bella musa, y su ira caerá sobre ti en cada momento que se cruces en su camino.
Es culta e inteligente, devora libros con pasión para incrementar su intelecto y su lógica. Tiene una mente muy abierta que le funciona para comprender los fenómenos complejos de la sociedad, la filosofía y el mundo. Las ciencias exactas no son su fuerte, no comprender algo le frustra, le desespera.
Tiene curiosidad por sí misma, su origen, sus componentes, sus poderes. Bombardea a Herectic constantemente de preguntas sobre cómo la creó con su propia energía. Y, aun así, ninguna explicación le parece suficiente para saciar por completo su sed de conocimiento. Extraordinariamente indiscreta, siempre buscará el secreto de algo, el por qué de una actitud, la seguridad del conocimiento.
Extraordinariamente bella, irrevocablemente sensible, imperfectamente perfecta. Indefinida, una hoja en blanco que busca con desesperación una identidad más allá del nombre que pudo escoger.
Un ser cálido repleto de bondad con el cual es mejor no meterse. Una dulce muñeca, una pesadilla durmiente, un hermoso enredo. Una musa que ha aparecido y aparecerá en la mente de su irrevocablemente fiel creador.

Historia:
No recuerda nada, no sintió nada ni pensó nada. Sólo tuvo la capacidad, la reacción innata de abrir los ojos, dejando ver unas pupilas azules, color cielo, y se permitió a sí misma el don de la vista. La imagen que llegó a sus jóvenes e inexpertas retinas fue un casco de guerrero, un yelmo de color oscuro, contrastando por completo con los dos zafiros que la observaban analíticos, curiosos.
Había nacido.

Apenas pudo descubrir la movilidad de sus extremidades, extendió sus brazos para retirar la prenda de su cabeza, el rostro de aquél hombre, con facciones duras y bien definidas, ojos inquietantes, cabello entrecano y expresión seria. No pudo más que sonreírle. La primera vez que respiró, la primera vez que tuvo conciencia de la vida, la primera vez que sonrió…fue a su lado.
Mileena fue su nombre, derivando de un tarareo musical que pasó por su cabeza, que sonaba bello, que sonaba acorde. Nació con miles de preguntas en su cabeza, con millones de interrogantes que a veces no podían tener una respuesta. Creció {Sin envejecer un segundo del día de su nacimiento} junto a Herectic y su compañera ninfa. Descubriendo la ciencia de los sentimientos. La pasión, la lujuria, el desenfreno, los latidos acelerados del corazón, incluso llegó a experimentar los celos. Tiempo después, Herectic decidió quitarles la capacidad de sentir.
Fue el momento más miserable de su vida.
No tenía alma, no tenía motivos para estar ahí, sentada en los aposentos del dios, observando la naturaleza sin importarle en realidad. Viviendo por el simple hecho de vivir. Nada le llamaba la atención, nada era fascinante ni apasionante, había olvidado cómo era sonreír, cómo era mover sus extremidades, había olvidado por completo los cosquilleos de adrenalina que le hacían sentir el rostro desnudo de su creador.
Cuando el misericordioso dios le regresó los sentimientos, lo primero que pudo manifestar fue miedo. Había sabido cómo era que te quitaran algo que apreciaras. Ella era inmortal; los accidentes, la muerte…nunca habían significado nada en su vida. Jamás había conocido el miedo hasta aquél momento.
Era desagradable, y no quería que volviera a pasar.

Con el permiso de Herectic, decidió salir más allá de los aposentos y conocer el mundo de los humanos, camuflada en una túnica de colores oscuros. Sintió la brisa del viento, el aroma del aire fresco, el cantar de las aves. No podía dejar de sonreír, y de llorar.
Hasta que en su camino, en el límite entre dos reinos, pudo ver un espectáculo desagradable que le produjo demasiadas cosas a la vez.
Un muchacho {no podía tener más de 13 años} peleando contra alguien mucho mayor en estatura, en contextura, en edad. Peleaban con espadas, él estaba en el suelo, y su contrincante acercaba el arma a su cuello con una satisfacción grotesca.
El niño sudaba frío, temblaba y ni siquiera podía pensar en alejarse, por el pánico. Al parecer, era un espadachín principiante. Ella sintió miedo, sintió pavor, sintió su corazón palpitar con una desesperación escalofriante. Sintió empatía.
Frunciendo el ceño, se acercó a la pelea, colocándose frente al mayor, deteniendo cualquier intento de homicidio. Ella no lo había notado, pero sus ojos se volvieron; de repente, rojos de furia.
Asesinar a un espadachín principiante en uno de sus primeros entrenamientos…la injusticia.
Atemorizado, el joven salió de allí, olvidando su espada en el camino. Ayudó al niño a levantarse y limpió su cara cubierta de barro. Le sorprendió saber que él la reconocía. Que todos la reconocían, que los humanos –sin importar el reino- reconocían su figura, la del poderoso Herectic, y la de su compañera ninfa.
Tomó el rostro del niño entre sus brazos y besó su frente, tomándole un cariño extraño, lo llamó “Hijo” sin pensarlo, simplemente la palabra salió de sus labios. Sorprendida pero enternecida, le sonrió y de la mano recorrieron el reino.
Le sorprendió ver a humanos tan pequeños, bebés, cuando ella había nacido como una mujer. Tomó un gran afecto hacia ellos, pero teniendo cuidado en saber que tenían una especie de gen, de debilidad hacia la maldad, hacia la injusticia, y que debían cuidarse con ello.
Actualmente, el niño es un hombre, pero sigue considerándolo su hijo, su protegido.
Actualmente, Herectic continúa siendo su devoto amante, y el amor recíproco de ambos cada vez es mayor.
Actualmente, la relación con su compañera ninfa sigue siendo complicada, es mejor ni siquiera mencionarla.
Actualmente continúa siendo una mujer frágil, decidida, curiosa, independiente, dulce e hipersensible. Mirando con la frente en alto la eternidad que aun le queda por vivir, las sensaciones que aún puede experimentar y el mundo que tiene a sus pies, junto a sus dos compañeros inmortales, para ver cómo se destruye, o cómo prevalece valientemente.

Otros datos:
#. Ama la música que los humanos logran articular con aquellos instrumentos tan encantadoramente primitivos. Como la lira y la flauta.

#. Es fiel a Herectic por sobre todas las cosas.

#. Aunque su relación tenga altas y bajas, daría la vida por su hermana ninfa.

#. Necesita alimentarse, a diferencia de un dios, pero no toca las carnes.

#. Apasionada por la filosofía, las corrientes de pensamiento, la sociedad y las artes.

#. Las criaturas pequeñas le dan una inexplicable necesidad de protegerlos.

#. Es experta en arco y flecha, aunque evita utilizarlos. Sólo en emergencias.

#. Detesta la violencia, la injusticia, la crueldad, la demencia.

#. Envidia a los humanos, ellos pueden soñar. Para sentirse mejor, sueña despierta.